viernes, 16 de marzo de 2012

Refugiados somalíes en Kenia

El campo de refugiados más grande del mundo es el de Dadaab, en el este de Kenia.

Allí están acogidos 500.000 somalíes, que huyen de su país debido a los enfrentamientos armados y a la sequía.

Según informa Cáritas internacional, el enorme número de refugiados excede totalmente la capacidad del campo, y la situación de inseguridad se agrava por momentos.
El enfrentamiento entre clanes está propiciando que la violencia vaya en aumento, siendo mujeres y niños los más perjudicados.

En los últimos días se han producido varios asesinatos dentro del campo de Dadaab. Se cree que esta situación de violencia es debida a la acción del grupo rebelde somalí Al-Shaab, vinculado a Al-Qaeda, y no deja de ser un reflejo en el campo keniata de la situación que se está viviendo en Somalia.

La situación en Somalia se puede calificar de caos total.
Desde el año 1991 Somalia vive en guerra civil, y carece en la práctica de gobierno. Es un país fuertemente dividido, y con pocas perspectivas de conseguir un gobierno que satisfaga a todas las partes.

Somalia posee gran cantidad de armas, facilitadas fundamentalmente desde la Unión Soviética en las décadas 60 y 70, cuando se convirtió en objeto de deseo para las potencias del momento, debido a su buena posición estratégica. De hecho, este motivo convirtió a Somalia en el país más militarizado de África.
 
La piratería, el terrorismo, se cuentan hasta 26 grupos armados actuando con total impunidad en el país, y los enfretamientos entre tribus, a lo que hay que añadir la sequía, hacen que la vida sea extremadamente difícil para la población. De ahí el éxodo de medio millón de personas hacia la vecina Kenia.

La ONU y la comunidad internacional no han sido capaces de encontrar una solución a la situación de Somalia. El país está totalmente fragmentado, y no se ven muchas posibilidades de terminar con la violencia y unificar el país.

 Varias ONGs ya han abandonado el país debido a la inseguridad, y las que permanencen en él, alguna ONG, agencias de la ONU, y misioneros,  tienen muchos problemas para llevar adelante su labor humanitaria. 

Desde Cáritas Somalia denuncian que siguen llegando cada vez más refugiados a Kenia, y que la situación ya se está convirtiendo en insostenible.

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