sábado, 31 de marzo de 2012

Situación más tensa en Malí, y muy preocupante en el Sahel.

Malí
Según informa la Agencia Fides, la situación en Malí, tras el golpe de estado, se está volviendo más tensa.

Los últimos días ha habido enfrentamientos en la capital, Bamako, entre los partidarios y los detractores de la Junta Golpista.

La CEDEAO (Comunidad Económica de Estados de África Occidental), ha decretado el cierre de todas las fronteras del País, y ha dado a la Junta un plazo de tres días para devolver el poder al presidente, D.Amadou Toumani Touré, del que todavía no se sabe nada cierto.

Se han desmentido informaciones de los útlimos días que hablaban de un encuentro de líderes religiosos con el depuesto presidente

Hace dos días el presidente de Costa de Marfil, D. Alassanne Ouattara, ha viajado a Malí para intentar mediar en el conflicto. Pero su avión no ha llegado a aterrizar, ya que un grupo de partidarios del golpe militar ha ocupado la pista de aterrizaje del aeropuerto.

Por otro lado, los rebeldes Tuareg siguen avanzando hacia el sur, y se encuentran a 7 km de la ciudad de Tombuctú.
La ONU ha condenado, hace pocos días, tanto el golpe de estado por parte de la Junta militar, a la que exigen que devuelva el poder a los representantes elegidos democráticamente,  como los ataques de los rebeldes Tuareg, a los que pide que abandonen el conflicto armado y busquen una solución pacífica a sus reinvindicaciones.

Sahel
La situación que se está viviendo en Malí contribuye a empeorar la grave crisis humanitaria que se vive, no sólo en el país, si no en todo el Sahel.

Son cientos de miles los desplazados y refugiados en todo el área, y los recursos alimentarios son mínimos debido a la gran sequía que sufre toda la zona del Sahel.  
La situación, ya en sí misma desastrosa, se complica todavía más por la presencia de grupos armados y grupos terroristas y sus actividades, así como la proliferación de armas de dentro y fuera de la región, como apuntan tanto la ONU como las ONGs y misioneros presentes en la zona.

La ONU está dando cifras oficiales que hablan de unos 15 millones de personas afectadas por esta situación:
5.4 millones en Níger, tres millones en Malí, 1.7 millones en Burkina Faso y 3.6 millones en Chad, así como cientos de miles en Senegal, Gambia y Mauritania.

Los llamamientos de las Naciones Unidas a la comunidad internacional, así como las peticiones de ayuda de las ONGs, son cada vez más acuciantes.

Esperemos que nuestras sociedades no hagan oídos sordos ante esta precaria situación que afecta a tantos millones de vidas humanas.

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