martes, 19 de marzo de 2013

Inauguración del pontificado del Papa Francisco.

Esta mañana se celebró la Misa de inauguración de pontificado del Papa Francisco.

La eucaristía, celebrada en la Plaza de San Pedro, contó con la presencia de algo más de cien mil fieles, y delegaciones de 132 países y de otras confesiones religiosas.

  “No olvidemos nunca que el verdadero poder es el servicio” ha dicho el Romano Pontífice, y también ha apuntado que quiere ser un obispo de Roma que cuide “de los más pobres, de los más débiles, de los más pequeños, de quien tiene hambre, sed, es extranjero, está enfermo o en la cárcel”. “No debemos tener miedo de la bondad ni de la ternura. El odio, la envidia y la soberbia ensucian la vida”.
  “Quisiera pedir, por favor, a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito político, económico y social: seamos custodios de la creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente; no dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro”. Y añadió: “Recordemos que el odio, la envidia, la soberbia, ensucian la vida. Custodiar quiere decir entonces vigilar sobre nuestros sentimientos, nuestro corazón, porque ahí es de donde salen las intenciones buenas y malas, las que construyen y las que destruyen. No debemos tener miedo de la bondad, más aún, ni siquiera de la ternura…”.



Cabe destacar la presencia, por primera vez en mil años, del patriarca ecuménico de Constantinopla. La presencia del Patriarca de Constantinopla, actualmente Su Beatitud Bartolomé I, en la misa de inauguración del pontificado del Obispo de Roma, no sucedía desde el Gran Cisma de Oriente en el año 1054.
A este respecto S.B. Bartolomé I comentó que: "El alejamiento de los viejos tiempos no existe más. Como dos Iglesias hermanas, nos acercamos cada día más una a la otra"

También estuvieron presentes: 
El metropolita Hilarion, de la Iglesia Ortodoxa Rusa; el metropolita Amfilohje, de la iglesia ortodoxa serbia; el metropolita Siluan, y  numerosos miembros de otras iglesias ortodoxas.

 Asimismo estaban presentes: el reverendo Olva Fykse Tveit, del Consejo Mundial de Iglesias, representantes de la Comunión Anglicana, de la Federación Luterana Mundial y de la Alianza Mundial Evangélica, entre otros.

 En cuanto a confesiones no cristianas, estaban presentes:  el rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni; el presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de Italia, el imán Izzeddin Elzir, y representantes budistas, sij, jainistas e hindúes.



Las delegaciones civiles, de 132 países, incluían:  6 soberanos reinantes, 32 jefes de estado, 3 príncipes herederos y 11 jefes de gobierno.

Las delegaciones más importantes fueron la italiana y la argentina.

 Diez jefes de estado latinoamericanos acudieron a esta cita histórica, entre ellos Sebastián Piñera, de Chile que junto a su mujer pidió al Papa que le bendijera artículos religiosos o Rafael Correa, de Ecuador, que acudió con su madre.

También la presidenta de Brasil Vilma Roussef, o con el presidente de México, Enrique Peña Nieto, que relagó al Papa un solideo blanco.

La delegación de Estados Unidos estuvo encabezada por el vicepresidente Joe Biden, desde Alemania acudió la canciller Angela Merkel y de España acudieron los príncipes de Asturias con el presidente del gobierno, Mariano Rajoy.

También acudieron líderes políticos de países en los que el cristianismo es un religión minoritaria como los príncipes herederos de Bahrein, el presidente del gobierno de Marruecos o los vice primeros ministros de Israel y Turquía.

El Papa saludó a todas las delegaciones y se entretuvo algo más con los representantes de aquellos países en los que se están viviendo conflictos armados.


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